1. Es posible que al inicio del entrenamiento sea difícil mantener la atención en la práctica. A veces se presentan pensamientos o imágenes que no tienen que ver con la técnica. Es un fenómeno normal. Lo importante es tomar consciencia de ello e intentar volver a centrar la atención en el ejercicio. Con el tiempo, estos pensamientos distractores irán desapareciendo.
2. Al principio es posible que no se obtengan muchas sensaciones. Es posible porque en la vida cotidiana todavía no está muy desarrollada la capacidad de introspección. Con la repetición del método se va descubriendo y conquistando esta percepción interior. Tal vez al principio hay que ir reconociendo las sensaciones de peso, de calor, etc.
3. A veces la relajación libera emociones en nosotros. Es una vivencia positiva y completamente normal. Si le disgusta, puede suspender el ejercicio y reanudarlo en otro momento.
4. Algunas personas nerviosas o con algún trastorno de ansiedad, pueden percibir sentimientos de intranquilidad al realizar la relajación estática o pasiva. En este caso es recomendable practicar técnicas más activas (combinando tensiones corporales), de tal manera que con el tiempo puedan conquistar la relajación estática sin dificultad.
5. Hay personas que al iniciar las técnicas sofrológicas toman consciencia del gran cansancio que tenían acumulado. Es una vivencia positiva. Es un aviso biológico para descansar y recuperar sus energías. En general esta sensación de cansancio desaparece durante el curso.
6. Para muchas personas, el entrenamiento sofrológico, además de aportar estrategias para obtener una buena relajación, es una buena forma de recuperar energía y vitalidad.
7. Si se encuentra somnoliento después de haber finalizado la técnica, es recomendable respirar profundamente varias veces y favorecer una completa recuperación física y mental por medio de estiramientos corporales.
Si las técnicas se practican antes de dormir con la intención de mejorar la calidad del sueño, se evitan los estiramientos finales.
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